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A ritmo de quenas y polleras

Publicado: 2015-09-01

Durante varios años, en los diferentes distritos de Lima y Callao, un fenómeno cultural se ha ido desarrollando constantemente. Actualmente, existen 54 agrupaciones de danzas folklóricas, cuya principal finalidad es la de cultivar y difundir las historias y costumbres que guarda este arte.


La mezcla de quenas, tinyas y guapeos retumbaban en el ambiente. La imagen de los Apus se hacía cada vez latente en mi mente, mientras mis pies se conectaban con la Pachamama, madre tierra. Era inevitable dejar de moverse al compás de esas melodías que no se suelen oírse en la radio. El cerebro deja de comandar las extremidades, parecen moverse por sí solas. Ya conocen la rutina. Con el tiempo y la práctica, es posible reconocer la danza que están bailando y de dónde proviene.

Practicar baile es de por sí difícil. Como todo bailarín, debes tener buen oído para no salir del compás. Es primordial que todo el grupo tenga un mismo estilo de baile, la misma expresión en el rostro de todos y apliquen la misma cantidad de fuerza de inicio a fin. Pero con la danza folklórica, es diferente.

Cuando bailas cumbia, salsa o reggaetón puedes improvisar. Hacer el paso que se te venga a la mente. Incluso puedes darte el lujo de mezclar los tres géneros en uno solo. En las danzas folklóricas no. Aquí los pasos, las letras en quechua y las coreografías ya están establecidos.

El núcleo de toda danza folklórica es el mensaje a transmitir. Eso lo saben los directores y profesores que dirigen estas agrupaciones folklóricas. Está prohibido manipularlo. Daña la originalidad y la continuidad de esta expresión artística. El mensaje debe representar las vivencias del pueblo con naturalidad y la tradicionalidad de la danza. En los concursos de danzas folklóricas, este es uno de los criterios de evaluación más importantes.

Recuerdo cuando mis compañeros de colegio decidieron formar una agrupación. El motivo que nos impulsó a tomar esta decisión fue el amor por la danza y no el aspecto económico. En algún momento a los bailarines nos dijeron: “si bailas tan bonito, ¿por qué no cobras?”. Llevo 16 años como bailarina de danzas folklóricas y solo en dos ocasiones he recibido dinero a cambio o he sustituido el pago por el alquiler de vestuario y la comida.

Las agrupaciones suelen cobrar por su trabajo dependiendo de la ocasión: un aniversario, la procesión de algún santo patrón o un evento corporativo que lo amerite. Pero no suele ser este el objetivo. La mayor inversión en la que se basa una agrupación es el tiempo. Y de esta situación es consciente Andrés.

Andrés Cabanillas es un joven de 25 años y lleva cinco años como director del grupo “Llaqtaymanta Paccha Perú” de Villa María del Triunfo. Entre sus clases de Biología en la Universidad Ricardo Palma y su trabajo como profesor de primaria, separa un par de horas por la noche para poner en práctica su pasión por la danza. Hasta discute con sus padres pues ellos consideran que estas actividades son una pérdida de tiempo. El trabajo que se realiza dentro de una asociación o agrupación folklórica es rara vez reconocida.

Ocuparse del cargo de director no es tarea fácil. Los problemas inician desde fijar horarios accesibles para que todos puedan ensayar. Como los trabajos grupales de universidad, donde nunca se ponen de acuerdo en un día y hora. Sobre su cargo como director, Andrés asegura que no sólo basta con que la persona sepa bailar sino que debe cumplir con una serie de características. En primer lugar, la persona debe tener actitudes para el liderazgo puesto que todos los integrantes dependen de las decisiones que tome el director para bien, o mal, de la agrupación. Además, debe ser disciplinado para dar un buen ejemplo a sus integrantes. Debe saber balancear sus actitudes, es decir, considera que no tiene nada de malo reírse pero cuando se trata de trabajar, es concentrarse a trabajar.

Debe ser empático con los demás, no sólo ser el director sino también un amigo para los integrantes puesto que suele suceder que ellos tienen problemas en casa y encuentran en la danza un espacio para relajarse. Entonces como director también es deber aconsejarlos.

Respecto a la parte artística, se debe tener metodología de enseñanza, estar en constante estudio y actualización del folklore y las investigaciones que se vienen realizando sobre este tema. Para él lo principal es no sólo concentrarse en enseñar la parte práctica sino también la teoría: la historia de la danza, bajo que contexto se realiza, cuál es el mensaje y sobre el uso de instrumentos si lo requiere. Todo esto para formar bailarines a nivel intelectual y práctico.

DEMOSTRANDO LO ENSAYADO

Los concursos de danzas folklóricas son el perfecto escenario para demostrar lo que se ha practicado durante tantos meses, incluso años.  

Una de las razones que motiva a organizar estos eventos es, en principio, el económico pues permite recaudar una buena cantidad de dinero, sea para gastos futuros o temas personales. Con el tiempo, los concursos se han ido convirtiendo en un ritual para las agrupaciones, quienes con ansias se preparan y esperan la fecha para salir a bailar.

Otra razón es la confraternización con otros grupos, es decir promover por medio de la danza, lazos de amistad, unión y compañerismo entre todos los integrantes de las diferentes agrupaciones folklóricas de Lima, Callao hasta departamentos del país. Por ejemplo, en el concurso realizado por Wayra Perú en Huaycán de 2014, el evento fue abierto a la participación de grupos de provincias. Presentándose así los departamentos de Huancavelica, Junín, Trujillo, Ayacucho y Tingo María. Una extraordinaria forma de contrastar la danza practicada en Lima con el nivel artístico que se maneja en provincia mismo.

Para los directores, los concursos son algo más que demostrar lo aprendido. Son un buen espacio para presentar sus propuestas de danzas, los cuales serán corregidos y perfeccionados por los jurados capacitados en este rubro y, así generar dogmas de cómo se baila realmente una danza en específico. Cultivar, promover la vigencia y autenticidad y sobre todo el amor de nuestras manifestaciones folklóricas, mediante la investigación y la práctica de la cultura.

Además de incentivar entre los jóvenes de las diferentes agrupaciones, una sana competencia, en donde puedan mostrar sus diferentes amplitudes artísticas.

Al año, se realizan aproximadamente 48 concursos de danzas en Lima. Los premios que se otorgan en estos concursos oscilan entre los S/.100.00 y S/.3000.00 soles. Incluso se premia al mejor bailarín y bailarina.

El último concurso que se llevó acabo el 28 de junio fue organizado por la Institución Folklórica Cultural “Munay Marka” en el distrito de San Juan de Lurigancho. El ganador fue el grupo Sangre Andina con la danza Patronal de Huayllay del departamento de Ayacucho.

Agrupación Folklórica "Perú, Tradición y Costumbres" en el concurso de la Agrupación Folklórica "Tusuyninchis Llaqta", interpretando el Cranaval de Huaylarsh. Fot: tikariy producciones.

eNTRE LO CORRECTO Y LO INCORRECTO

En los concursos de danza, cada jurado se encarga de un criterio específico de acuerdo a su espacialidad. Eduardo Fiesta Peredo es el director de la Escuela Superior de Formación Artística “Theodoro Valcárcel Caballero” y también jurado calificador en varios de los concursos organizados por estas agrupaciones.  

Considera que la labor de los jurados, más allá de calificar si la ejecución de la danza está correctamente realizada en términos de ritmo, expresión y fuerza, es el mantener el elemento tradicional de la danza y que el mensaje de este se aprecie.

El profesor Fiestas considera que últimamente algunas agrupaciones con el afán de ganar los concursos, deforman la danza y ésta ya no es como la original o cerca de ella, lo que significa una contradicción con los principios bajo los cuales se forman los grupos: el difundir las costumbres y la historia de nuestros antepasados y los de ahora. Por eso, los jurados que evalúan en este tipo de eventos son personas con amplia trayectoria, estudios y conocimientos en folklore.

Los criterios a evaluar en un concurso pueden variar entre cuatro y cinco: vestimenta, donde se toma en cuenta el uso de vestimenta tradicional, el uso de accesorios o instrumentos durante la ejecución danzaría y la colocación adecuada de las prendas de la vestimenta. El siguiente criterio es el de la armonía rítmica y se considera la coordinación rítmica grupal, la coordinación audio-viso-motora, coordinación rítmica en los desplazamientos o también llamadas mudanzas coreográficas. Otro criterio es el coreográfico, tomando en cuenta entrada y salida de escenario, uso de la simetría y asimetría coreográfica, uso y dominio adecuado de escenario, y coreografía de acuerdo al mensaje de la danza.

Luego, está el criterio de mensaje, donde se califica el desarrollo de actividades costumbristas (agrícolas, ganaderas, pastoriles, carnavalescas, religiosas y sociales), interrelación con la cosmovisión andina, tradicionalidad en la representación de la actividad autóctona, naturalidad de las vivencias y expresión corporal. Por último, el criterio de conocimiento donde se identifica los contenidos teóricos de la danza a través de preguntas que realiza el jurado, de acuerdo a la reseña de la danza entregada con anticipación.

Agrupación Folklórica "Tusuy Llaqta " en el concurso de la Agrupación Folklórica "Urin Qanchis", interpretando la danza wALLATAS TUSUY. Foto: tikariy producciones.

Dejemos de bailar: Folk- olimpiadas

No todo es danza en el mundo de las agrupaciones folklóricas. Días después de Navidad y antes de Año Nuevo, se realiza las Folk-olimpiadas. La finalidad de este evento es confraternizar y reforzar esos lazos de amistad que se han formado con la danza, a través de diferentes actividades deportivas como fútbol, vóley y juegos de gymkana.  

El 28 de diciembre se llevó a cabo la Décimo novena edición de la Folk- olimpiadas. Teniendo como el anfitrión de ese año al Elenco de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.

Rubén Suárez Espinoza, director de dicho elenco por ocho años y que ha trabajado en el Centro Folklórico de esta casa de estudios por más de 35 años, afirma que para la preparación de estos juegos se han realizado diversas actividades para recaudar fondos como, por ejemplo, la venta de comida.

Respecto al proceso de elección para ser los anfitriones de los juegos de este año, el director asegura que se ofrecieron como voluntarios. “Se tenía pensado conformar un comité que designe a los anfitriones de las Folk- olimpiadas todos los años, pero nunca se formó. Así que se decidió que se podían ofrecer voluntariamente e incluso pueden unirse de dos a tres agrupaciones y realizar el evento”, dijo.

Solo he participado una única vez de este evento. Las Folk-olimpiadas dura dos días: el primer día se lleva a cabo una conferencia sobre algún tema específico en el campo del folklore y luego se pasa a elegir a una señorita que vista un traje típico de cualquier región para que modele y luego se le realice algunas preguntas de cultura general. Recuerdo que el grupo con el participaba solo asistimos al segundo día, donde se realizan las actividades deportivas de fútbol damas y varones, y vóley mixto, la gymkana donde se realizan juegos como la carrera de costales, “el rey manda”, el concurso de baile moderno y se finaliza el evento con una fiesta, para la cual se contrata a un grupo de música.

En nuestra Lima “la gris” existe un mundo donde el color de las danzas folklóricas cobra vida propia. Quienes conforman estos grupos se sumergen en las melodías agudas que emiten los músicos y zapatean al compás de los bailarines, sus rivales de concurso. Este movimiento cultural se ha asentado en la ciudad y se encuentra en la constante búsqueda de un espacio donde liberarse.

Institución Folklórica Cultural "Sangre Andina" en el pasacalle realizado por la Municipalidad de Lima, interpretando Patronal de Huayllay. Foto: sangre andina.

qUE HABLAN LOS NÚMEROS

Aquí les dejo algunos número que ilustran la gran acogida de estos grupos en Lima.

Distribución de agrupaciones por distrito en Lima. Imagen: Maira Flores.


Escrito por

Maira Lorena Flores Rodriguez

Periodista en proceso. Caminar para que las ideas fluyan. La arena de Villa El Salvador es mi mayor lazo.


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